Yurismel Horta, el «gato» camagüeyano
El polo acuático cubano cuenta con una larga lista de estelares porteros que dejaron su huella en la historia de este deporte a nivel nacional e internacional.
El camagüeyano Yurismel Horta podría ser considerado como uno de esos grandes arqueros, pues cuenta con el palmarés y el reconocimiento suficiente para poner su nombre junto al de íconos de esta disciplina en el país.
Con la selección nacional cubana alcanzó la medalla de plata en los XIII Juegos Panamericanos de Winnipeg ´99 y la presea dorada de los XVIII Juegos Centroamericanos y del Caribe de Maracaibo 1998.
Con el CN Martiánez, logró un meritorio quinto lugar la División de Honor de España en el año 2004 y la clasificación a la Copa LEN. Además, llegó a ser catalogado como uno de los mejores porteros de la División de Honor de España, gracias a su tremenda fortaleza en las piernas y reflejos felinos. De ahí su mote: «el gato».
Para conocer un poco más sobre la trayectoria deportiva de este excelente portero, Carales WP contactó con él, vía Whatsapp, y nos respondió cada pregunta con la misma velocidad que se estiraba para detener un disparo a puerta.

-¿Cómo llega Yurismel Horta al polo acuático?
De pequeño siempre estaba metido en las piscinas y mis padres aprovecharon unos exámenes para ingresar a la Escuela de Clavados, en la disciplina waterpolo. Fue allí donde me enganché hasta la médula.
-¿Siempre fuiste portero?
No mentiré: comencé como defensa, pero nadar no era lo mío y proteger el arco siempre me llamo la atención. Así que decidí probar y me gustó.
-Eres de Camagüey, unos de los históricos en el polo acuático cubano. ¿Quiénes fueron tus primeros entrenadores? Háblanos sobre los que más te marcaron.
En Camagüey, cuna de grandes campeones, siempre tuve buenos entrenadores como Raimundo de la Fuente, Ángel Valdez y Enrique Moncada.
Luego, al llegar a las selecciones nacionales de categorías inferiores, tuve como entrenadores a Tino Urgellés y a Pablo Roger Cuesta, quienes nos formaron e inculcaron muy buenos valores, también tuve a Gerardo Rodríguez, Fermín, Luis Lageyre, Lázaro Costa y Oscar Periche.
Finalmente, al llegar al equipo absoluto, Pablo Roger Cuesta, Tino Urgellés, Jorge Rizo y Mario Bermúdez.
A todos ellos les agradezco lo que me enseñaron, tanto dentro como fuera del agua.
-Llegas a preselección nacional muy joven, y en una posición históricamente ocupada por grandes polistas antillanos. ¿Quiénes eran tus ídolos?
Con tan solo 18 años de edad ya estaba en la preselección nacional y compartí con grandes figuras. Mis ídolos a nivel nacional eran el José Ángel Ramos (Bolondrón), Juan Hernández, Juan Alberto Ferrer, Carlos Toledo, William Abreu; todos tenían mucha calidad, y a nivel internacional Jesús Rollán, Craig Wilson y Aleksandar Šoštar.
-La competencia de tiros a puerta durante los entrenamientos siempre se disfruta. ¿Qué tiradores se te hacían más difíciles? ¿Cuáles eran tus “hijos”?
Es complicada esa pregunta, porque todos eran buenos lanzadores. Había tanta rivalidad que no te podías permitir entrenar a medias, pero si hubo unos cuantos que disparaban muy duro y lo ponían muy difícil, como los hermanos Pedro y Yuri Biart, quienes eran un dolor de cabeza.
También Amaurys Pérez, Ronald Agramonte, Amílkar Delgado, Ernesto García, Luis Ernesto Acosta, Juan Carlos Barrera, Ernesto Díaz, Rances Villavicencio; creo que casi todos tenían muy buen nivel en el tiro a puerta y muchos recursos.
Excepto a Ernesto Cisneros, a ese lo hacía llorar todos los días. Es broma (se ríe), para mí fue uno de los mejores. Él te sacaba el máximo rendimiento en los entrenos.
-Fuiste campeón centroamericano en Maracaibo 1998. ¿Cómo recuerdas ese triunfo?
Fue un torneo impresionante porque asistimos con una selección de ensueño y le pasamos por encima a todos. Realmente teníamos un tremendo equipo.
-En el año 1999, participas en varios eventos de importancia, como fueron los Juegos Universitarios de Palma de Mallorca, el preolímpico y los Juegos Panamericanos de Winnipeg. Háblanos sobre esos eventos. ¿Qué representó esa medalla de plata panamericana?
Tuvimos la suerte de, por aquel entonces, prepararnos con buenas condiciones para cada torneo: dos meses por Europa topando para la Universiada, donde había un tremendo nivel, y esta, a su vez, nos sirvió para llegar a los Panamericanos en muy buena forma.
La medalla de plata fue espectacular, el premio a tanto esfuerzo y sacrificio.

-Coméntame sobre esa rivalidad deportiva entre habaneros, matanceros y cienfuegueros.
Era un clásico. Me encantaba ver como se acercaba la fecha de inicio de la Liga Nacional y ya empezábamos a picarnos unos a otros, deportivamente hablando.
-Llegas al waterpolo europeo en el año 2001 y te conviertes en uno de los mejores porteros de la División de Honor de España. Háblanos de tu paso por esa liga.
Por aquellos años el polo acuático español tenía muchísimo nivel, tanto en lo económico como en lo deportivo. La mayoría de los clubes contaban con excelentes plantillas.
En el 2001 fui fichado por el CN Martiánez, elenco con el cual estuve durante nueve temporadas y, después, con el CN Tenerife Echeyde por seis temporadas.
-Has vivido grandes experiencias como jugador y entrenador. ¿Qué diferencias existen entre los polistas españoles y los cubanos?
Si te soy sincero, no hay diferencia. Yo pienso que hay limitaciones para los cubanos. Los jugadores españoles, y de casi todas las ligas europeas, cuentan con las condiciones óptimas para formarse y alcanzar un gran nivel desde muy pequeños.
Sin embargo, un jugador cubano es todo lo contrario. Tenemos limitantes por todas partes. Por eso no veo diferencia. Los polistas cubanos no tienen nada que envidiarle a ningún jugador europeo, ni en lo físico, ni en lo técnico, ni en lo táctico. Para mí, son las limitaciones para entrenar las que marcan la diferencia.
Lea también la entrevista Yurismel Horta: historia viva del waterpolo, publicada en Waterpolista.com
Raydel Carales Manzano Ver todo
Entrenador de la Selección Nacional de Polo Acuático de Cuba y Fundador de Carales WP.